Una década después de que se cerrasen las puertas del internado Laguna Negra, una nueva generación de alumnos volvió en 2021 para contarnos esta historia de terror, misterio y amistad, pero en un nuevo colegio. ¿Queréis saber dónde se rodó? ¡En el post de hoy os lo contamos!
El internado que catapultó las carreras de Ana de Armas, Blanca Suarez, Yon González o Martiño Rivas cerró sus puertas allá por 2010 tras seis temporadas de infarto. El pasado año, se estrenó la secuela “El Internado: Las Cumbres” recogiendo el espíritu de la serie original, pero con un nuevo elenco y un nuevo entorno.
La escuela ahora se encuentra ubicada en un antiguo monasterio en la cima de una montaña, apartado de todo. Aquí, además de la severa y estricta disciplina que se impone, se esconde una aterradora verdad que los nuevos estudiantes tendrán que desvelar. Durante los episodios nos vemos rodeados de naturaleza, con paisajes sobrecogedores que dejan la boca abierta pero que a la vez nos dejan esa sensación de aislamiento y soledad.
Más de un espectador se habrá preguntado dónde está localizado el nuevo internado y dónde se rodaron las escenas. Pues el equipo de localización se peinó todo País Vasco y Navarra, ya que el colegio tenía que situarse más al norte, rodeado de naturaleza. Así dieron con el monasterio de Iratxe, que se convertiría en la cara del internado. Pero Las Cumbres en realidad está formado por varias localizaciones distintas.
Este conjunto histórico del siglo XI tuvo muchas funciones a lo largo de los años: hospital de peregrinos, hospital de guerra, universidad, colegio de religiosos… El monasterio de Iratxe, con su estructura románica y su enorme claustro se convirtió en el lugar perfecto para rodar las escenas de exteriores y del claustro.
Los pasillos del tercer piso del internado, donde se encuentran las dependencias de los clérigos, están rodados en el Palacio del Infantado de Lazkao, un imponente edificio del siglo XVII.
Para la iglesia del colegio, en un principio quisieron utilizar la del propio monasterio de Iratxe, pero se encontraba en obras durante el rodaje. Así que tuvieron que buscar otra por la zona que diese la misma impresión de imponente, pero poco ornamentada. Así dieron con la iglesia de San Esteban en Oiartzum.
Este extenso bosque de 3.700 hectáreas está ubicado en Nafarroa. Su naturaleza sombría y húmeda lo convierten en el escenario perfecto para esconder los misterios que aterrorizarán a los alumnos de Las Cumbres.
Los jóvenes del internado también tienen acceso a un invernadero donde cultivar plantas. El monasterio de Iratxe poseía uno, pero no era nada similar a lo que el guion pedía. En su búsqueda de la localización perfecta dieron con este vivero que reacondicionaron con las plantas adecuadas.
Este palacio de estilo inglés dispone de una de las vistas más espectaculares de San Sebastián, pero ni el exterior ni sus vistas es lo que utilizaron para rodar las escenas del internado. Es la cocina y el sótano del Palacio de Miramar lo que aparece en la serie, convertido en la cocina de la casa de los guardeses.
El edificio sede del club social bilbaíno se inauguró en 1913 y su biblioteca, de estilo inglés, fue la elegida para dar vida a la biblioteca del internado Las Cumbres.
En esta ocasión, los secretos de este internado se encuentran bajo tierra, entre catacumbas y sótanos. Para estas escenas utilizaron las minas de Arditurri, grabando en zonas que no están abiertas al público y se conservan casi naturales.
Otro escenario que también da vida a los sótanos del internado Las Cumbres es el Fuerte Guadalupe, una fortificación militar de principios del siglo XX en Hondarribia.
Para escenificar la mansión del dueño del internado donde vive con su hija se utilizó la Casa-Torre de Torrea, una villa defensiva del siglo XV.
Aparte de estas, muchas otras localizaciones se han usado durante el rodaje esta serie, incluído un plató de 1.300m2, situado en Oiartzun en el que se construyeron algunos interiores.
Si tienes pensado pasarte por estas localizaciones, no te olvides llevarte unos snacks ElPozo King para el camino. ¡Que los misterios de Las Cumbres no te pillen con hambre!